La presidenta del Patronato, Ceci Arellano, reconoció que sin la ayuda de las y los titulares de estos grupos, no sería posible la transformación de las familias.
En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, el organismo distingue a María Eugenia Rivera Pérez por 26 años de servicio en beneficio de quienes más lo necesitan.
Gracias al trabajo coordinado y conjunto de las y los titulares de los voluntariados gubernamentales del estado de Puebla, el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) ha cambiado vidas, resaltó la presidenta del Patronato, Ceci Arellano.
En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, reconoció la dedicación, empeño, recursos económicos y tiempo que destinan en mejorar la vida de las niñas, niños, adolescentes, mujeres, personas con discapacidad y adultas mayores, en coordinación y bajo los conceptos de un gobierno humano, encabezado por el mandatario Alejandro Armenta.
Asimismo, Ceci Arellano destacó que cada voluntaria o voluntario actúa de manera altruista y se convierte en una fuerza solidaria que recompone el tejido social en comunidades urbanas y rurales del estado, ya que la red de empatía y solidaridad crece cada día, porque siempre hay una mano amiga que aporta bienestar.
“Sin el servicio de cada una y uno de ustedes no sería posible la transformación de las familias que más lo necesitan”, agregó la presidenta del Patronato.
En este contexto, la vocal titular del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Olga Arellano Silva, reconoció el liderazgo de la presidenta del Patronato para llevar programas, ayudas y un corazón solidario a cada rincón del estado.
Durante la ceremonia, Ceci Arellano entregó un reconocimiento especial a la vocal titular del voluntariado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, María Eugenia Rivera Ruiz, por 26 años de labor en beneficio de las familias, por su entereza, bondad, pasión, energía, dedicación y ejemplo, pero sobre todo agradeció el compromiso por la causa de los grupos vulnerables.
Por último, la homenajeada María Eugenia Rivera compartió una experiencia decisiva ocurrida en el municipio de Zongozotla, donde conoció a niñas y niños que dormían en el suelo. Relató que, después de gestionar apoyos, logró que contarán con una vivienda digna. “En ese momento decidí fortalecer mi vocación de servicio, pues esta labor ha dado sentido a mi vida”, concluyó.
