Por Karina Cancino/Fotos: Sari Macías.
El pueblo náyerij (cora) lleva a cabo la celebración de la Xúmwabika, que es la reinterpretación de la Semana Santa católica ante el rechazo de la evangelización violenta que vivieron grupos indígenas tras la llegada de los españoles a México, y como una manera de proteger sus propios rituales cosmogónicos.
El cronista y promotor cultural nayarita, Sergio Sartiaguín, quien ha formado parte de estos rituales, explicó que la celebración se desarrolla en la región del Gran Nayar y tiene su origen en la actividad evangelizadora franciscana que vivió esta zona.
Dijo que al rededor del año 1722, cuando los españoles lograron entrar a La Cora Alta, la orden jesuita intentaba evangelizar a las comunidades de manera violenta e impositiva, por lo que las personas iban a sitios alejados a continuar sus rituales; sin embargo, en 1767 los religiosos fueron expulsados de México y llegó la orden franciscana, lo que abrió la puerta a la mezcla de ritos entre las culturas:
“Al llegar los franciscanos continúa la evangelización pero como estos no tenían la fuerza ni la pujanza que tenían los jesuitas, el proceso se da más lento y los indígenas aprovechan esto para desempolvar sus dioses y sus antiguas creencias, mezcladas con lo que trajeron los jesuitas y se da una mixtura, un sincretismo religioso y es como descubren las nuevas representaciones”.
Es así como se conoció la celebración de la Xúmwabika o Semana Santa Cora, que ocurre en comunidades del sur de Sinaloa, el norte de Jalisco y el poniente de la sierra de Durango, Nayarit y Zacatecas.
En Jesús María, en la Cora Alta, del municipio de Del Nayar, los hombres se pintan el cuerpo y usan máscaras, en la sierra baja de los municipios de Ruiz, Acaponeta, Rosa Morada, solamente se cubren con barro la cara y el cabello.
“En Santa Teresa usan un sombrero con cabello de papel como si fuera una máscara porque lo que se trata es que no se vea la cara, o la personalidad, porque representan a los soldados malévolos de Herodes que buscan al niño Jesús”.
La Xúmwabika en la comunidad de Jesús María inicia desde el miércoles por la noche con la Danza de la Tortuga, en la que hombres niños y adolescentes adquieren conocimientos sobre el sexo y la fecundación.
“En un gran círculo cuando la luna está en su cénit, el capitán del grupo, acompañado de un pitero y un tamborilero que tocan la danza de la tortuga, empieza a bailar con movimientos eróticos, y cuando termina, los demás repiten el ritual; esta danza termina hasta la madrugada, cuando pasan todos; a los niños más chicos los llevan al río, hacen hoyos en la tierra y los rellenan con olotes, les prenden fuego y cuando ya está todo calcinado, le echan tierra”.
Sartiaguín dijo que a la mañana siguiente, el jueves, todos los hombres de la comunidad se reúnen para repartirles los olotes quemados que muelen con piedras y agua para que con la pasta se pinten el cuerpo.
Hacer esto representa una desaparición de lo humano, “borrarse” para transformarse en un ser maligno, mencionó el entrevistado.
“Luego se reúnen en la entrada principal del pueblo para luego tomarlo. En el pueblo hay una leyenda que dice que del río sale una culebra prieta que es la que convierte a los borrados en demonios, para representar esto, el capitán saca una soga muy larga, hecha con crin de caballo y la tensan enfrente de la fila de borrados, a la orden del capitán, la azotan contra el cuerpo de los hombres y caen al suelo, los tumba la culebra negra, cuando se levantan ya son demonios y se comportancomo ello”.
Ya convertidos en demonios van al pueblo y uno de los capitanes lleva a un grupo de borrados por el cerro de San Miguel, otra fila va por la playa del río, rodean el pueblo y toman la presidencia municipal, la iglesia y otros sitios porque se convierten en ese momento en la autoridad del pueblo.
Son los encargados de vigilar que se cumplan las leyes que se imponen en esos sitios: nadie debe tocar el agua del río porque es sagrada, si van parejas no deben tomarse de las manos; no se deben tomar fotografías, no debes cruzarte donde pasan los borrados porque pueden lastimar a las personas.
Incluso los pueblos se cierran por completo para que no entre ni salga nadie durante estos días, y si no se cumple el reglamento que está pegado en papeles, en todos los pueblos, te pueden detener y llevar a la cárcel.
Durante la tarde del jueves, los borrados acuden a alimentarse a un lugar donde las mujeres del pueblo avientan la comida porque se supone que no son humanos.
El profesor Sartiaguín refierió que el viernes por la mañana, los demonios deben reunirse en la playa del río San Pedro, retocan la pintura en su cuerpo pero agregan otros colores: blanco, ocre y amarillo, a través de esos colores se puede distinguir qué cargos militares tienen cada uno de ellos, los iniciados siguen pintados de negro, después del segundo año ya se pueden agregar colores, pero también hay símbolos en el cuerpo que dicen cuántos años tienen dentro de la Xúmwabika.
“Por la tarde se reúnen en una de las calles del pueblo para combatir en el ejército del bien y del mal: hacen dos líneas y pelean con sus sables, se golpean hasta que caen todos, escenificando que el bien destruye al mal; luego levantan todos y se van a la casa principal en el barrio de San Miguel”.
El sábado por la mañana se abre la Gloria, se quema el judas, todos corren al río, se avientan al agua para lavarse la pintura ceremonial y empiezan a despersonalizarse de aquellos seres diabólicos y poco a poco resurge el ser humano, dijo el promotor.
Las máscaras se desbaratan y se tiran al río, los sables se quiebran y poco a poco todo vuelve a la normalidad para el domingo.
La náyeri es una de las culturas más fascinantes de México, tiene tres estructuras: su ejército, su gobierno tradicional y la carrera política, donde se escalan ciertos peldaños en esta sociedad hasta el nivel de gobernador, explicó Sergio Sartiaguín.
Aunque de estas actividades solamente participan directamente los hombres, las mujeres también lo hacen aunque de manera limitada, preparando alimentos y observando, principalmente la danza de las tortugas porque significa una lección para la procreación, concluyó el cronista.
“Es importante conocer las distintas expresiones culturales de nuestros pueblos para saber un poco, quizá sólo un poco acerca de nuestros orígenes, y poder visionar un mejor futuro, y preservar nuestra identidad, cosmogonía y nuestros pueblos originarios”.